Ay, que consuelo, no soy la única madre novata desesperada que quería irse de casa en plena noche y dejar a papá y bebé berreante durante unas horas, la que se da de cabezazos contra la puerta porque ya no sabe qué más probar para que el niño no llore, la que tiene la casa hecha una Mierda en mayúsculas, la que un día estalló y se puso a llorar con tal desconsuelo que hasta el bebé se calló y se quedó flipado… ains… alegrías de la maternidad…
Gracias por publicarlo.